La depresión es una enfermedad y quien se enferma es el sistema nervioso central porque en el cerebro hay unas sustancias que son las guardianas del estado del ánimo y estas disminuyen, de manera que cuando dejen de disfrutar las cosas cotidianas, aumenten el apetito, se sientan culpables y empiecen a pensar que la vida no vale la pena ser vivida pues consulten porque esta enfermedad tiene tratamiento.

La depresión como enfermedad es hereditaria y por lo tanto se tiene que ver el entorno para poder predecir un factor de riesgo que puede hacer a la persona vulnerable.

Tiene que ver con la genética, pero también tiene que ver con las experiencias de la vida. Hay experiencias que alteran el funcionamiento de las sustancias cerebrales y esas se manifiestan con síntomas depresivas.

Entre los principales síntomas de la depresión podemos destacar:

  • Sentimientos de culpa e inutilidad.
  • Cambios en hábitos del sueño (incluyendo insomnio)
  • Modificaciones en el apetito.
  • Falta de interés por el sexo.
  • Poca motivación para cualquier actividad de ocio.
  • Dolor de cabeza continuo.

Es necesario darle importancia a todos los casos porque se trata de una enfermedad que es mortal, pero que es curable si se trata a tiempo. Aconsejamos realizar una terapia individual para la depresión para identificar sus causas.